Composición esperada

 

Somos dos gotas que resbalan por el cristal, 

que ya una vez se tocaron
luego de caer del cielo,
se unen y bajan deslizando.

Llueve un poco más y mañana sale el sol.
Los fogones preparados
a la hora de cenar,
la mesa dispuesta con sumo esmero,

un libro que aguarda sutil y calmado,
fragante, junto al sofá
de romances vespertinos.
Cantan los grillos, baila la oscura noche que ameniza

el oído de mis sueños inquietantes
cuando hablan lo más íntimo
con ella y con sus ojos de amor.
Una sencilla foto suya

es un mundo de colores en mi efecto
es un desbordante flujo
que penetra en mis poros y en mis lágrimas.
Es un  universo.

Nuestro encuentro es poesía,
nuestros besos son los versos
con letras escritas a lengua
mojada en saliva

que recojo del tintero de su boca.
No hay palabra más bonita
que sus Labios,
acentuada con los tonos de su piel.

Pone tilde con un guiño.
Rimo consonante su mirada.
Me como su sonrisa y otra nace.
Y me pierdo en lo llano de las hojas:

son morenas, curvilíneas,
y se enlaza una a una cada sílaba
como cada instante al siguiente,
componiendo nuestro encuentro.

“Ella es la primera que me espera en sí misma, yo soy la última esperanza de mí mismo”.