Estío: de frío perdido… Hamaca que acoge
sueños, airecillo en la tez y un bostezo.
Ventanal que acompañan enredaderas; damas
de noche enjutas y fulgentes que vuelan y estrellan la frente. Fuerzas de
flaqueza, armonía regalada y bendecida, encuentro de miradas subjetivas y
desnudas. Y una esquina verdosa algo tétrica; en la pared un candelabro que
reluce amarillo ocre e insectos que revolotean fugazmente alrededor. También
salamanquesas sacando lenguas… También Selene sonriente en lo más alto y pies
descalzos junto al suelo.
De cristal el horizonte, de madera la
bodega en la cual descansa el alma, cansada de mares y cielos; liviandad tras
cerrar los párpados en este soportal azotado por el calor de la tarde, pero
fresco en esta noche mágica y extraña, enigmática y efímera. El sonido de los
muelles al girar el cuerpo en descanso, un libro en el suelo galopante en sus
entrañas y un suspiro que da relieve al aroma de las flores.
Como si se tratase de un paisaje de
fondo, el mundo vocifera su temática mientras la calma habita en este rincón
oculto. No sólo es imaginación ni sola está la imagen descrita, sino que además
se palpa y enmudece al más parlante de los que, asomados y asombrados, visitan
por casualidad este contundente relax. Amplias escaleras sin pisar conducen al
lugar: una puerta abierta, luz, un pasillo inhabitado, silencioso, el entorno
dispuesto para este momento de sosiego.
Sólo falta un deseo, ése que deseas y
adoras, por trivial que sea, por pequeño que parezca se agigantará cumplido, te
dará el placer de acompañarte y algo más. Es una gota cobijada en tu regazo, es
un espacioso y feliz regocijo, es una inmensa sonrisa o un austero gesto
confiado. Es tu libertad, son mezquinos pasos que desaparecen y te entregan con
su ausencia un segundo más de gloria, de vida, de amor, de paz… y de un plácido
cosquilleo que ameniza tu sentir.
(La imagen también es de mi autoría)
Es como la imagen de un sueño, de algo que nos invita a apaciguar el alma, color,calma,verdor...
ResponderEliminarMuy evocador y sutil...Muy hermoso texto!
Dentro de este caos que nos presentas
ResponderEliminarse puede intuir un orden, sólo necesitamos
esa calma para respirar a tu lado.
Un abrazo Huésped.
Un momento de relax en un ambiente que invita a crear sueños y deseos.
ResponderEliminarEvocador.
Besos, Luís.
Recreas magistralmente esos momentos únicos de luz en los que las sensaciones se posan en el alma y la alimentan de calma.
ResponderEliminarBesos chico del sur.
A mi me has dejado flotando, imaginándome ese lugar, con los ojos cerrados mientras siento la brisa a la luz de la luna... ains... que lindo el texto miarma jajaja.
ResponderEliminarBesitos.
Me he dejado llevar por tus letras, he conseguido entrar en esa calma y en ese deseo, el que esperamos. Qué bonita esquina para soñar!!!
ResponderEliminarUn abrazo, Luis.
Es como soñar despierto antes de caer dormido. Es como dejar la mente en blanco y alcanzar la calma, el relax, la levedad majestuosa del momento nocturno con la luna de testigo.
ResponderEliminarUn caos organizado, Luis.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Mil gracias a todos!! Vuestros comentarios, para mis letras, son como el abrazo de un padre a su hijo, o un consejo. Como el beso de una madre o su mirada indicativa.
ResponderEliminarEs un honor recibiros.
Tengo la sensación de haber sido balanceada en una hamaca mientras leía, como una caricia tierna.
ResponderEliminarGenial, Luigi.
Un sueño lleno de luz, un remanso de paz, una sensación llena de calma...
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, compañeros!!
ResponderEliminarUn texto que da para mucho,amigo...sólo en la descripción ya habitan historias para contar.
ResponderEliminarCreo que ya lo conocía...si es así, me encantó leerlo de nuevo.
Un abrazo,Luis.
Es posible, Castelo, porque para esta ocasión he recurrido a un antigüo relato en prosa. Lo publiqué en Rayuela, recuerdo.
EliminarEs un placer, amigo
Hoy he tocado ese mágico lugar desde tus letras, bellísimo texto amigo Luis.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por la visita, María, besos
EliminarLo que puede llegar a acariciar un lugar cotidiano tratado por quien sabe de metáforas. Un saludo.
ResponderEliminarUn saludo, Anabel, muchas gracias por pasar por esta carretera, he comprobado algo tarde que has dejado huella, pero más vale tarde.
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