Un centenar de gotas mal contadas
acudían a sus mejillas
y llenaban copas rotas
de filo cortante, de fino vidrio
anaranjado y fundido tras años de intentos,
de bellos momentos
transparentes como el cristal.
Una pequeña angustia que escalaba
con arnés de plata,
sin casco ni guantes,
susurraba rumiante al oído
al tosco albedrío de ahogados lamentos,
venidos por pasos
transparentes como el cristal.
Un hombre duro, bueno;
un cielo oscuro encima suyo.
Vítrea la vida que asoma a los ojos.
Torció la vista, bella y hermosa mirada
que sufrió por verlo
preso de sus males… preso,
impotente y ajado cruzando
las rojas fronteras del fuego eterno.
Lloraba ella de pena
transparente como el cristal.
No pudo vencer el cáncer mortal que
acechaba
sus vidas rodantes,
sus aires, sus aguas.
Tan sólo pudo esperar y agotar
el tiempo que ambos tenían y fue yendo
aciago hacia la muerte,
turbia y conclusa como un juicio final.
“Sólo hay una oportunidad para vivir y demasiadas para morir”
Muy bello tu poema, aunque triste, como la vida misma, porque una enfermedad incurable puede ser la parada de ese tren en la estación de la vida, porque no somos inmortales y todo lo que nace debe morir, aunque jamás morirá el recuerdo.
ResponderEliminarUn beso.
Joe me has dejado sin palabras. Vivimos prácticamente sin saber vivir. Improvisando sengún la marcha y sólo cuando la vida nos hace enfrentarnos a un duro y complicado trance, nos damos cuenta de lo estúpidos que hemos sido valorando aquello que no merecía la pena.
ResponderEliminarUn saludo.
Sé de una persona que está ahora mismo sedada esperando coger ese tren definitivo. Es triste, duro y lamentable.
ResponderEliminarBonito poema para un tema tan horrible. Como siempre, la elegancia te caracteriza, Luigi...
Pues como dice Ana, es precioso a pesar del tema tan horrible del que trata y tu lo has tratado con mucha delicadeza. Debe ser muy duro.
ResponderEliminarBesitos Luisillo.
Es difícil escapar, pero que nadie diga que no lo intentaron, ni que no vivieron como se debe vivir el tiempo que les restaba.
ResponderEliminarSaludos
Recientemente se han ido conocidos míos víctimas del cáncer, y también conozco quien lo ha superado tras una operación.
ResponderEliminarA día de hoy, de no haber otra causa de muerte, el cáncer llegaría inevitablemente, más tarde o más temprano. Está en la genética, es un fallo que se acumula por diversas circunstancias.
Ojalá llegue el día en que ser joven signifique también llegar a anciano.
Bien lo ha dicho Trini, que no se diga.
Un abrazo a todas.
Incluso a veces se supera sin operación. Esperanza, quimioterapia, radioterapia si procede, otros tratamientos, cura completa y las revisiones cada X tiempo para estar controlado.
EliminarNo es fácil porque obviamente no es fácil y requiere de mucho tiempo y paciencia, pero se puede lograr y ese es el mensaje que tenemos que trasmitir.
Un saludo.
Ese es un buen mensaje, propio de una luchadora como tú. SALUDos, muchos saludos y fuerza.
EliminarVaya nudo se me ha liado en la garganta. Hay que sentir la vida y vivirla con intensidad!!! Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSí, totalmente, Bea, dentro de las posibilidades y con todo el atino que uno tenga.
EliminarBesos.
Huésped, no paras, eso es bueno, siempre creando
ResponderEliminary yo como siempre vengo con escaso tiempo y agitado
cual mariposa en primavera...
Al principo el ritmo se pierde, al menos me pasa a mí
no hay esa cadencia, a veces no es necesario la puntuación.
Por lo de más poco a poco se recupera el ritmo necesario
y alcanzas un buen trabajo.
Abrazo.
Se intenta, Cielo, aunque hay temporadas largas en las que sólo se crea silencio, y quizá eso también sea básico para intentar algo.
EliminarTe agradezco mucho el que inviertas un poquito de ese tiempo en esta carretera secundaria, compañero, y te mando otro abrazo.
Yo creo que estos altibajos a los que apunta Cielo,se deben a tu espíritu investigador...el verso se mueve quizás a tu ritmo interno.
ResponderEliminarA mi me ha gustado mucho.
Tambien es cierto,amigo (te lo dice un especialista) que oportunidades para morir tampoco hay tantas, al menos cuando se desea...cosas de la vida.
ResponderEliminarEmotivo y muy personal poema; me encanta; quizas por eso, por lo personal, por tu manera de hacer el ritmo de los versos algo tuyo, muy tuyo.
Un placer,anfitrion :)
Intrigante respuesta, Castelo... no hay tantas, irónico entonces.
ResponderEliminarAmigo, eso que mencionas es contundente, se marcha lejos de mi visión positiva y joven.
Cuánto me alegro de verte de nuevo, de leerte en el comentario... a ver cuando vuelvo a disfrutar de uno de tus relatos cortos.
Un abrazo.