Cuándo escribiré sobre un acantilado
para
que vuelen las letras
y
abran tus alas.
Impávidas
acariciarán tus sueños
esparcidos
por el aire, flotando.
Cómo
resistiré mientras tanto
el
paso del tiempo
implacable
y pretérito.
Y yo que quiero
mecer en otoño
tus
primaveras ávidas
al
arrullo de mis atavismos
lánguidos
y pobres.
Cuánto
silencio hay entre líneas
si
escucho tus risas joviales
y
tu mueca risueña
estremece
mi alma.
¡Qué
he de hacer!
¿Cuándo
escribiré sobre un acantilado?
Cuánta ternura encuentro en estos versos! Estoy segura de que este poema encontrará ese acantilado. Precioso, Luis. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Aurora. Espero también, que si encuentra ese acantilado se dé bien el vuelo. Otro abrazo!!!
Eliminar¡Que bien te han sentado las vacaciones!!! uffff te superas cada día con los poemas Luisillo y ya es decir...
ResponderEliminarBesos.
Sí que me han sentado bien, Maite, volvería otra vez a la costa encantado.
EliminarGracias, mujer, te mando besos y rebesos
Yo te puedo responder: pronto. Las personas grandes como tú pronto logran su objetivo.
ResponderEliminarPronto localizarás el acantilado.
Me ha encantado.
Un abrazo desde la playa de ese acantilado, donde ya comienzo a vislumbrar tu silueta recortada en el cielo.
Joer, Joaquin... gracias por esas palabras. Te mando otro abrazo, amigo, aéreo y en buena dirección. :)
EliminarLuis, si puedes imaginar estos versos, cómo no puedes imaginarte escribiéndolos, sintiéndolos, sobre un acantilado?
ResponderEliminarImagina y dales vuelo.
Abrazos
Así será, Trini, volarán sobre ese acantilado, metáfora o realidad, imaginación o búsqueda y encuentro.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y por tus abrazos, a los que correspondo.
Ya lo estás haciendo Luis, ¿no te has dado cuenta? desde estos versos tan tiernos, estás dejando tu huella en esos acantilados, y los llenas de magia y de arte con tus palabras.
ResponderEliminarUn beso.
Mil gracias, María, y mil besos también. :)
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