miércoles, 3 de abril de 2013

Lo que el hombre empieza, acaba el dinero




     Allí estaba Marcos, en el bar que visitaba desde hacía años, mirando de reojo y cabizbajo al tabernero. –Ponme otra- le dijo- y presta atención que te resumo mis últimos años. Luego, me iré en paz.
     Con el habitual entusiasmo enfuscado, Manolo “el tabernero”, se detuvo ante la copa servida y prestó atención a Marcos, además del Ron y la paciencia. Las palabras eran claras y concisas, desparramadas en aquella barra de madera.

     -Querido Manolo, sé que no sabes de amores ni de frutos por tal causa, ni de males por la misma, pero seguro has escuchado cantinelas similares una y otra vez entre estas benditas paredes que te cobijan y te adineran. Te contaré que yo, el mismo que ves a este lado y que deprime al más alegre estudiante en primavera, fui la persona más feliz del mundo entero. Sí… todo eran promesas y buenas formas. Todas las palabras conducían hacia una sola dirección, hacia la fortuna y el bienestar. Éramos jóvenes y ardientes, teníamos un gran proyecto, un negocio infalible. Marchando por aquellos devenires fue que me embauqué con una bandera bien alta, la bandera de la confianza. Claro te digo, amigo, que yo mismo me lo tengo merecido. No hay peor daño que el que permite uno mismo a esperas de saber sanar y no poder. Fue así, como te cuento, y pasaron los años, todo sucedía deprisa. Invertí en amor como en haciendas, y la corrupta sociedad egoísta que nos devora las unió para siempre y para nunca. Aquí me veo sin fuerzas ni ganas de remontar por encontrarme de nuevo la misma montaña sembrada de dudas que se tuercen evitando la luz del sol. Ella me engañó una y otra vez, y confesa ante mí se presentó una mañana de la mano de su buen amigo y traidor, el empresario más astuto de estos alrededores. Imagínate el pavor que me supuso aquél desenlace. ¡No sabes cuánto la quise y cuán me arrepiento de haber fallado en algo o en mucho! Tú nunca me has fallado, siempre estabas ahí cuando te necesité. Quiero que me hagas un favor. Entrégale esta nota cuando la veas.

     Marcos agarró una servilleta y escribió lo siguiente: No quiero verte nunca más. Tú, en cambio, puedes visitarme si lo deseas en mi funeral. Acto seguido se levantó del taburete y sacó del bolsillo una pistola. Se encañonó la cabeza… En la pantalla gigante del bar, Messi regateaba a los defensas lentamente. Los forofos culés, con los tacones en vilo,  pretendían levantarse de sus sillas, y en una mesa, un vaso de cubata se volcaba a cámara lenta balanceando la poca cola por el tubo de vidrio. Manolo dirigía sus manos al rostro desencajado que le surgía, y un leve vientecillo entró por la ventana justo cuando el gatillo fue presionado y un disparo retumbó e hizo eco en todo el vecindario. La sangre tiñó el tugurio y de Marcos no quedó más herencia que un cuerpo sin vida y muchos besos vendidos.





     



(La imagen no es de mi autoría, ni pudiera serlo)
    

30 comentarios:

  1. Triste relato, triste final y triste lo que el barman tiene que aguantar.
    todo relato tiene un trasfondo y este no iba a ser menos. volcar
    toda una vida en un solo punto es muy peligroso . . .
    Un fuerte abrazo -y . . . ¿qué fue de la pistola? lleva cuidado, ya sabes
    que las carga el diablo.

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  2. Vaya, pobre Manolo y el cliente siempre tiene razón ...
    Dicen que hay amores que matan y otros por los que se muere...¿A eso se le llama amor?
    Interesante relato Luis.
    Un abrazo y feliz semana

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  3. Estate tranquilo, Paco, pues la pistola ha quedado en el relato.
    Amores fatales, insisten algunas canciones, Pilar, tienes razón.
    Muchas gracias por utilizar esta carretera perdida

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  4. Hola Luis:

    He llegado a esta carretera porque Pilar me ha indicado tácitamente el camino y lo siguiente ha sido leer tu relato.
    A Manolo ,como es habitual en los que siempre están en su lugar, le tocó la peor parte... Marcos ya terminó con su dolor, pero Marcos...

    Un saludo

    Moon.

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  5. Soy de los que piensan que siempre hay salidas para todo, ya sea dificil o facil encontrarlas está nuestro amigo y a su vez enemigo el tiempo que nos las acerca. Solo es cuestión de tiempo ver la salida y cuestion nuestra el decidir tomarla. Gran historia aunque con un final un tanto derrotista a mi parecer.
    Me ha encantado leerte. Un abrazo Luis.

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  6. El suicidio es el camino fácil para los cobardes, pobre Manolo la que se tuvo que "tragar". Un buen texto pero un final demasiado trágico.

    Un abrazo

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  7. Me gusta el final trágico, otra cosa es que comparta esa decisión ante los problemas, pero eso es otro tema. Hablando del relato pues me ha encantado, corto y directo... a la cabeza?? pues eso, una forma de zanjar los problemas con la que no comulgo ¿he dicho comulgo? joder eso que es?? si yo no he comulgado en mi vida jajajajajaja.
    Besos Luis, déjate ver más por esta carretera que va a crecer la hierba...

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  8. Me alegra ver a alguien desconocido por esta carretera, Moon.
    El tiempo que nos trata, Rendan, el suicidio no es fácil, José Manuel, quizá sí sea cobarde.
    Maite, es normal que crezca la hierba, es más bonito así. Me dejaré ver más, lo prometo.
    Gracias a todos!!! Qué maravilla!! Abrazos, besos y SALUD

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  9. UN RELATO TRÁGICO. EXCELENTE.
    UN ABRAZO

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  10. Sí que es trágico el final, sí, pero me parece adecuado para esta historia. (Es que no siempre hay un final feliz y menos en estas lides de amores y dineros)
    Me gusta especialmente la última parte. Esa en la que describes el momento del disparo en la cabeza y todo el entorno del local (la pantalla, Messi, la ventana, el cubata,...). Es como una secuencia de película (es que me gusta mucho el cine, Luis) de Tarantino u otro director que use la violencia y se recree con la ambientación.
    Es la otra cara del amor, de la vida, de la moneda.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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  11. El camino corto. La desesperación siempre te lleva a coger el atajo. Un relato excelente, muy bien detallado desde el principio hasta el final, pero amigo Luis, ese final me lo imagino a cámara lenta y me da frío.
    Un fuerte abrazo.

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  12. Me ha gustado la forma como narras la historia. El final es triste, pero sabes que pienso qu no hay finales felices, solo adioses de una u otra forma, y siempre con su dosis de dolor.

    Besos.

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  13. Pues a mí me parece que no hay nadie quien merezca una muerte. Si hay engaños, si hay estafas, si hay desamores...será que no eran las personas adecuadas. Lo suyo es ser valiente y superar el trance.

    Dramón total muy bien contado. Besote.

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  14. Por eso estoy contra las armas...al menos la intención de suicidarse por un fracaso, sería menos "messy"
    Tu narrativa, limpia Luis.

    Saludos.

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  15. Muy buen relato. El final, cinematográfico 100 x 100, lo hace espectacular, con esos pequeños detalles que van sumando dramatismo a cámara lenta: el vaso rodando, la tele a su bola, el vientecillo entrometido...
    Como si lo hubiera visto.

    Un abrazo

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  16. Dos mil millones de gracias a todos los que circulais por esta carretera dejada de la mano de quien escribe y de vosotros mismos.
    SALUD, COMPAÑER@S!

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  17. Excelente, amigo; lo importante, cuando se cuenta una historia no es ni el principio ni el final, sino la misma, el como se cuenta....y que algo quede, de reflexión. Me gusta verte de narrador a veces, gran anfritrion :)

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  18. Gracias, Castelo, salvando las distancias, me he acordado de alguna de tus historias taberneras.
    Gracias de nuevo a todos, Volarela, Beatriz, Analogy, Angelaza, Aurora, Mos y ReltiH, bienvenido, ojalá vuelva a verte por aquí, ya sea a pie o en moto.
    Más salud!! y más, y más...

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  19. La desesperación puede llegar a hacer lo impensable en personas débiles y que no encuentran salida nada más que la muerte como escape.

    Trágico pero magnífico relato, Luis, he disfrutado leyéndote en esta tarde de domingo.

    Un beso.

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    1. Creía que llegaba tarde a tu blog y veo que no has publicado nada.

      Un beso de domingo.

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  20. ¡Qué de historias saben, callan y "hacen que escuchan" los taberneros. Los cubatas deberían de tener un plus por aguante y prestar la oreja.
    Me ha encantado lo de: "no quedó más herencia que un cuerpo sin vida y muchos besos vendidos"
    .. y ese Messi en la tele, anda que... vaya tela jejeje!!
    Que no hay que matarse por nadie, pero queda de lujo como relato. Me encantó, sinceramente, Luis.


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  21. Un final nefasto pero creo que el más afín con la historia contada.
    Ha sido un placer leerte y visitarte.
    Un abrazo

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  22. Pues ya habría podido elegir un lugar más íntimo o, al menos, con menos testigos, no?

    Bienhallado

    Un abrazo

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  23. Parece mentira que se tomen salidas tan drásticas. Porque ésto sucede en la realidad.
    Muy bien contada la historia, Luis.
    Un fuerte abrazo.

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  24. Como siempre un texto genial... Un final dramático... pero contado excelentemente.
    Un beso Luis,

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