Hola, ¿hay alguien aquí? Hablaré solo
hasta que se demuestre lo contrario. ¿Habéis entrado en un sueño
ajeno? No es fácil, es imposible, pero… ¿y si al contárnoslo hacemos nuestra
propia versión? Pues bien, se me ocurrió esta disparatada idea hace unos días y
quiero mostrar el resultado. Claro está, que tengo las licencias oportunas para
descuartizar la esencia del susodicho sueño, y, aunque, por supuesto, anónimo
es el soñad@r, he necesitado leer su historia con calma para intentar narrar lo
imaginado.
Sueño…
qué dulce es soñar, dormir plácidamente, relajar todos los músculos del cuerpo
y dejar a la imaginación en libertad absoluta, en concordancia con todos los
estímulos conocidos pero soñando. Sí, soy un desconocido para los demás porque en mis sueños
estoy solo, no puedo negarlo, pero quizá haya muchísima gente dentro de mi
subconsciente, y eso contradice el estado independiente y solitario de mi ser
mientras dormito o duermo profundamente.
Sucedióseme una noche que, ya en la cama, pensaba yo, justo en lo acontecido horas antes. Y eso no era nada extraño, simplemente estuve en casa de un viejo amigo; aunque, sí es cierto que hacía muchos años que no le visitaba y algunas cosas habían cambiado. Pues entonces me encuentro a su lado en la cama, sentados, viendo una película de acción y le escribo un mensaje a través del móvil, cuando de pronto me dice que tiene que marcharse. No es comprensible, amigos, puesto que estoy en su casa, a su lado, y soy su invitado, y me dice que tiene que irse al laburo. Pero así suceden las cosas cuando uno sueña. Acto seguido, salgo de la casa hacia unas zonas comunes, como en un vecindario, y me acerco lentamente hacia una chica que, parada y taciturna, me mira fijamente. Ella está perenne en el lugar, como si fuera una estatua, parte del decorado. Ahora vuelve mi amigo, parece que regresa porque olvidó el canasto con el desayuno para el descanso laboral. Se lo entrego yo, no entiendo nada, estoy perdido… Me da las gracias y se marcha en su coche, voy andando, todo cambia, el barrio cambia. Entro en una panadería, hago cola para comprar algo dulce pero me marcho sin comprar nada, estoy incómodo. Busco mi casa, no la encuentro y accedo a una calle que resulta ser una tienda de juguetes antiguos. Imaginen el desconcierto, todos los muñecos parecen tener vida propia. Hay trenes, carritos de bebés, trompos, cocinitas y carruseles pintados a mano. Quiero marcharme del lugar pero me agobia el dependiente. Gesticula sin cesar moviendo el bigote y prácticamente me escapo de sus garras entrando en un armario el cual me conduce, misteriosamente, a un portal. Una niña espera y me habla. No tiene rostro. Frente a mí hay una escalera y una puerta. Grito desesperado, llamo a Dios, pues debe estar al otro lado. La puerta no tiene picaporte, sin embargo, la niña sin rostro introduce el dedo en el orificio al cual iría sujeto el pomo y abre. Dios no está al otro lado. Estoy perdido y no encuentro a Dios. Lo que encuentro es un despacho de policías y ellos supongo podrán ayudarme. Pero para nada es así, le digo a la niña sin rostro. Son impostores, no pueden ayudarme.
Dios no lleva uniforme ni está sentado al otro lado.
Sucedióseme una noche que, ya en la cama, pensaba yo, justo en lo acontecido horas antes. Y eso no era nada extraño, simplemente estuve en casa de un viejo amigo; aunque, sí es cierto que hacía muchos años que no le visitaba y algunas cosas habían cambiado. Pues entonces me encuentro a su lado en la cama, sentados, viendo una película de acción y le escribo un mensaje a través del móvil, cuando de pronto me dice que tiene que marcharse. No es comprensible, amigos, puesto que estoy en su casa, a su lado, y soy su invitado, y me dice que tiene que irse al laburo. Pero así suceden las cosas cuando uno sueña. Acto seguido, salgo de la casa hacia unas zonas comunes, como en un vecindario, y me acerco lentamente hacia una chica que, parada y taciturna, me mira fijamente. Ella está perenne en el lugar, como si fuera una estatua, parte del decorado. Ahora vuelve mi amigo, parece que regresa porque olvidó el canasto con el desayuno para el descanso laboral. Se lo entrego yo, no entiendo nada, estoy perdido… Me da las gracias y se marcha en su coche, voy andando, todo cambia, el barrio cambia. Entro en una panadería, hago cola para comprar algo dulce pero me marcho sin comprar nada, estoy incómodo. Busco mi casa, no la encuentro y accedo a una calle que resulta ser una tienda de juguetes antiguos. Imaginen el desconcierto, todos los muñecos parecen tener vida propia. Hay trenes, carritos de bebés, trompos, cocinitas y carruseles pintados a mano. Quiero marcharme del lugar pero me agobia el dependiente. Gesticula sin cesar moviendo el bigote y prácticamente me escapo de sus garras entrando en un armario el cual me conduce, misteriosamente, a un portal. Una niña espera y me habla. No tiene rostro. Frente a mí hay una escalera y una puerta. Grito desesperado, llamo a Dios, pues debe estar al otro lado. La puerta no tiene picaporte, sin embargo, la niña sin rostro introduce el dedo en el orificio al cual iría sujeto el pomo y abre. Dios no está al otro lado. Estoy perdido y no encuentro a Dios. Lo que encuentro es un despacho de policías y ellos supongo podrán ayudarme. Pero para nada es así, le digo a la niña sin rostro. Son impostores, no pueden ayudarme.
Dios no lleva uniforme ni está sentado al otro lado.
FIN
¿Seguís ahí? Me he perdido… diría nuestro
protagonista. La pérdida de Dios, interesante.
He disfrutado trazando un guión que en parte me han facilitado y que, como sueño real, no tiene un conjunto claro y específico, pero sí varios cabos sueltos y muchos significados psicológicos.
Es un placer escribir (termino escribiendo), e invito a quien se anime el ofrecerme uno de sus sueños o pesadillas para intentar plasmarlo. Pueden encontrarme en Facebook, Hotmail, o más fácil, por mensaje telepático.
Gracias por vuestra atención y perdón por cualquier desperfecto ocasionado.
Atentamente: INTRUSO ONÍRICO
He disfrutado trazando un guión que en parte me han facilitado y que, como sueño real, no tiene un conjunto claro y específico, pero sí varios cabos sueltos y muchos significados psicológicos.
Es un placer escribir (termino escribiendo), e invito a quien se anime el ofrecerme uno de sus sueños o pesadillas para intentar plasmarlo. Pueden encontrarme en Facebook, Hotmail, o más fácil, por mensaje telepático.
Gracias por vuestra atención y perdón por cualquier desperfecto ocasionado.
Atentamente: INTRUSO ONÍRICO
Pues yo también estoy aquí...
ResponderEliminarTe envío un mensaje telemático, espero que lo pilles. Te doy una pista. Era una mujer que se quedó sola, en un trabajo sin ilusiones y tenía un deseo incontrolable de irse a retratar los diferentes rostros del mundo, pero sus obligaciones mundanas y su conciencia no se lo permitían...
Ahí tienes mi idea. Tu mismo.
Un beso desde http://yoadoroviajar.blogspot.com
Trini.
Muy buena... sí... Esto... de tener más mini historias, puedo juntarlas y hacer algo, me gustaría, la verdad.
EliminarGracias, Trini, sigue viajando, es buena vida esa, muy buena.
Besos
Felices sueños, o mejor dicho felices
ResponderEliminardisparatados sueños, -lleva cuidado
con las niñas sin rostro y los policías
que quieren ser dioses y no pueden . . .
la noche los confunde.
Buena entrada, mejor ensayo,
Un fuerte abrazo.
Gracias, Paco. Qué acertado lo que dices... mucho cuidado con eso, más que mucho.
EliminarAbrazo!
Cuando caemos en los brazos de Morfeo, cualquier cosa es posible...Y yo pregunto ¿La pérdida de Dios no es la pérdida de la fe?...De la fe en él, claro.
ResponderEliminarSaludos y ¡a soñar que la vida en vigilia es demasiado breve!
Seguro que es eso. Y... creo que es muy normal, perder la fé a Dios. Lo suyo es tener las cosas claras, tener fé en la naturaleza, nuestro verdadero Dios.
EliminarSALUDos, Pilar
brrrr blogger se comío mi comentario y no alcancé a rescatarlo
ResponderEliminarque rabia !!!
te decía que todo es posible, si alguien nos sueña es porque tiene más o menos una idea de quienes somos y como reaccionamos frente a ciertos hechos, por lo tanto podemos influir en sus sueños ya que el individuo que nos sueña nos visualiza desde su propia y subjetiva construcción de nosotros tomando en cuenta nuestros rasgos y modos de interactuar con él.
abrazos y feliz comienzo de semana
Cierto, Elisa. Somos nosotros los que estamos en los sueños de los demás, pero claro, no podemos controlar nada, somos meros actores en el cine particular de quien sueña.
Eliminarotro abrazo, feliz semana
Es una temática interesante, un juego cicular,laberíntico..
ResponderEliminarDa hasta miedo no?
Penetrar en lo más profundo de otra persona,en sus sueños...
Sí, miedo a lo desconocido. Pero hasta esa otra persona siente miedo y desconocimiento ante sus sueños. Curiosa nuestra mente que nos separa por momentos de la realidad.
EliminarGracias, Luna
En el laberinto de los sueños cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Podemos entrar y salir de la vida de los demás como si nada estuviese ocurriendo...
ResponderEliminarUn abrazo
Es curioso... sí, así es. Nuestro subsconciente adapta las situaciones de formas extrañas pero basándose siempre en lo conocido. Y pasa eso, entramos en vidas ajenas.
EliminarGracias, José Manuel, otro abrazo
¿Serán eso los escritores? ¿Y si cuando ellos duermen van robando los sueños de los otros para componer sus novelas?
ResponderEliminar¿De dónde surgirán las ideas inspiradas?
La versión del no soñante es totalmente realista (al modo onírico, claro). ¿No vendrá él del mismo mundo de los sueños?
Le pasaré mis sueños en blanco, seguro que es capaz de darles vida ;)
Me ha gustado, especialmente eso de buscar a Dios y encontrar... policías :)
Besos
Buenas preguntas las tuyas, compañera, tengo en mis manos tus sueños en blanco, buscaré en ellos inspiración.
EliminarGracias, es un placer
De fondo parece haber una situación incómoda que el protagonista intenta solucionar mediante la ayuda que no encuentra en dios.
ResponderEliminarSe puede intuir que dejará de creer en la pieza clave de muchos creyentes.
Luís la complicidad con tus lectores es total en esta entrada. Muy imaginativa y bien llevada.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Ohma. Con respecto al sueño, mi opiniòn es similar a la tuya.
EliminarMil besos, me alegra mucho comprobar que andas por aquí.
HAy mucha ansiedad en este sueño. También búsqueda, tal vez creencia en Dios pero limitada. Hay angustia y pérdida de la fe porque Dios nunca aparece cuando se le necesita.
ResponderEliminarLos textos oníricos siempre son más o menos así, Luis. Hay una mezcla de sensaciones que hacen surrealista cualquier historia.
Tiene su aquel, sí.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Qué razón tienes, Mos. Mezcla continua en los sueños, de un recuerdo, de otro, de una emoción, de algo trivial, de sabores, de inquietudes, de rostros...
EliminarUn abrazo hasta tu orilla
Son tantos los dioses que quieren vendernos a lo largo de nuestra vida que ya no estamos muy seguros de dónde terminan los sueños y empieza la realidad o viceversa, ni siquiera de si somos nosotros quienes soñamos o sólo somos personajes del sueño de otro, o del sueño de algún dios o endiosadillo/a, o vete tú a saber.
ResponderEliminarSi te gusta leer sueños ajenos un pelín extravagantes te invito a uno mío: http://aversoabierto.blogspot.com.es/2011/03/carta-un-senos-muy-serio.html
Pasaré con gusto!! Gracias por el enlace, y por pasar y dejar huella de letras.
EliminarSalud!!
Eso es soñar, jajaja. Lo incoherente, lo sin razón, lo sin sentido, todo eso abrazamos cuando Morfeo nos acurruca. Te puedo decir querido Luis, que algunas veces me sorprendo a mi misma al despertar.
ResponderEliminarUna vez soñé que conducía coches de choque, toda la noche en la feria, te vale???
Un besazo, amigo.
jajajajaj, un sueño muy divertido!! sin duda, y chocante.
EliminarLo tendré en cuenta, Aurora. Gracias por estar ahí
Mis sueños son tan inconfesables ahora mismo... que no puedo decírtelos. Pero sí t emando un beso fuerte Luisgar querido!!
ResponderEliminarEsos son los mejores para escribir, Florlunar!!! un beso a ti también
EliminarNo me he perdido entre tus letras, sigo aquí, despierta a los sueños.
ResponderEliminarUn beso.
Eso es importante, María, estar despierto para poder soñar, y dormido para despertar.
EliminarBesos
Me alegra volver a leerte por mi blog, Luis, te extrañaba.
EliminarVenía a ver si tenías una nueva publicación, pero como no es así, te dejo mis saludos.
Un beso.
Gracias por pasar, María. Beso recibido y correspondido. Pronto, espero, regresará el intruso onírico.
Eliminarjajaja, Luis tan tremendo...así son los sueños, no se les ve principio ni fin específico, a menos que nos despertemos en algún momento por efecto del mismo sueño, entonces recordamos donde se acaba, pero seguimos sin recordar donde principia.
ResponderEliminarYo tengo un post basado en un sueño, pienso subirlo proximanete.
Aunque lo tuyo parece mejor elaborado por tu sentido del humor en la intro y luego al final.
Saludos.
Habrá que estar atento... siento que últimamente me falta tiempo y no puedo pasear con buen ritmo por los blogs, espero recuperar pronto la intensidad.
EliminarSaludos, Beatriz
Muy bueno,amigo. Una idea muy original y estupendamente escrita. Además, me encantan los sueños (incluidas las pesadillas)...acuerdate como se llamaba mi blog en buho; "El bienestar del sueño" :) pues eso. Un abrazo.
ResponderEliminarRecuerdo perfectamente tu perfil y tus letras en Búho, cómo olvidarlo!! Tengo algunos en concreto que no olvido, como aquél del tipo que se sentaba todas las mañanas a leer el periódico y pasaba las horas de forma metódica. Y una mañana sucedió un altercado grave en la puerta del bar. Pero él no se inmutó porque pensaba leerlo al día siguiente en el diario.
EliminarUn abrazo, escritor
DIVERTIDISIMO Y SUPER SUPER ORIGINAL!!! fantástico, me ha encantado el sueño, a ver si me presentas al anónimo que te lo ha contado porque tiene que ser una persona super interesante, esas cosas no las sueña cualquiera jajaja.
ResponderEliminarYa te enviaré uno mío que es muy curioso y además es repetitivo!! igual hasta es premonitorio... quién sabe.
Besos.
Pues lo espero, Maite!!
EliminarPronto retomará la acción el intruso onírico infiltrándose en los sueños de una muy querida poetisa.
Qué bueno verte por esta carretera.
Muchas gracias, ya no esperaba verte pero veo que te veo (valga la redundancia, la cacofonía y todo eso)
:)
Pues sí que tienes mérito.
ResponderEliminarEn los años que llevo escribiendo, sólo una vez construí un texto a raíz de un sueño que tuve. Creo que me sería imposible escribir algo con los sueños de otros. Sobre todo, porque pocos me van a contar sus sueño, no vaya a ser que se me ocurra lo que a ti:):)
Saludos
Bueno... 50 por ciento de mérito, si acaso. Sobre todo es interesante hablar de sueños, conocerlos.
EliminarGracias, Trini
Luis gracias por tu visita a mi blog amigo es un placer leerte. Besos
ResponderEliminarGracias a ti Marylin!
EliminarJoer Luisillo, se me había pasado esta entrada.
ResponderEliminarHoy estoy muy muy espesa (el finde ha sido muy duro) y la verdad lo he leído todo como muy surrealista. Si ha sido esa tu intención, ¡lo he pillado al completo! jajaja.
Un beso somnolientoooooozzzzZZZZZzzzzzZZZZZzzz
Jo, Analogy, qué curioso, porque a mí también se me ha pasado tu comentario... llego tarde, pero más vale.
EliminarOtro besoooooo