Este trance (llamémoslo post auxiliar) es
de esos en los cuales no sabes qué escribir y te quedas un poco así: -tralará,
tralará…- etc. Pues miren: ¿será que ya
no tengo nada que decir? Puede que ahora no, puede que luego sí. Mientras llega
ese mañana incierto me pongo a hurgar en mis cuadernos en busca de algún
tesoro oxidado (olvidado), de esos que valoras porque guardan un vestigio de ti
mismo (del que fuiste); y bueno, lo desempolvas, lo contemplas, lo toqueteas, y
finalmente lo colocas en la estantería.
Este data de hace dos “jalogüines” y trata de una mujer cansada (casada) de su marido y que se entretiene en jugar (flirtear) por teléfono con nuestro protagonista. Nos situamos en un callejón sin salida donde al fin se encuentran cara a cara. Por un lado, el enamorado que narra en primera persona. Al otro, una mujer sedienta de cambios y envenenada por el hastío de su vida rutinaria. Y en tercera persona, un marido (martirio) sin recursos ya, sin inspiración y con los cables cruzados. Él no soportaría verla con otro hombre, mataría. Ella quiere deshacerse de él a toda costa (a posta). Y nuestro protagonista… bueno… juzguen ustedes, os dejo con él:
Este data de hace dos “jalogüines” y trata de una mujer cansada (casada) de su marido y que se entretiene en jugar (flirtear) por teléfono con nuestro protagonista. Nos situamos en un callejón sin salida donde al fin se encuentran cara a cara. Por un lado, el enamorado que narra en primera persona. Al otro, una mujer sedienta de cambios y envenenada por el hastío de su vida rutinaria. Y en tercera persona, un marido (martirio) sin recursos ya, sin inspiración y con los cables cruzados. Él no soportaría verla con otro hombre, mataría. Ella quiere deshacerse de él a toda costa (a posta). Y nuestro protagonista… bueno… juzguen ustedes, os dejo con él:
CALLEJÓN SIN SALIDA
Me detuve en la madrugada soliviantado por las ganas de amarla y acariciado por el viento a través de aquel callejón sin salida. El reloj marcaba la hora. Encendí un cigarrillo, apagué mis nervios y miré al cielo sin estrellas de aquella oscura y escabrosa noche de Halloween. Ella no aparecía, mi inquietud se acentuó cuando noté que algo suave tocaba mis tobillos por detrás. Era un gato negro, ronroneando y manso como mi esperanza de verla llegar por la esquina. El gato trepó por un balcón perdiéndose en los tejados al tiempo que empezaba tímidamente a llover. Sopló de nuevo el viento susurrando a las paredes, cuando, un escalofrío recorrió mi nuca y suspiré algo angustiado.
Al fin la vi venir. Sólo pude percibir su silueta sombría al entrar por el callejón. Conforme se acercaba, descubría su color: pelo rubio, piel clara y mirada cegadora; vestido negro, tacón de aguja, guantes de piel, labios rojos y un movimiento femme fatale que terminó por seducirme. Sólo la conocía en la distancia, por teléfono, y al escuchar su voz supe que era ella. Me dijo: <<bésame antes de hablar>>.
La verdad es que lo hubiera hecho, pero sentí unos pasos y miré tras ella, comprobando que alguien se acercaba sigilosamente. Era un hombre alto y con sombrero; intuí que algo no iba bien, debía dejar la escena, debía correr pero el muro que finiquitaba la calle me lo impedía. << ¿Quién viene contigo, mujer? >> le pregunté con seriedad.
Ella, haciendo alarde de un temperamento destructivo, contestó: << él no es nadie, sólo bésame >>.
Por un segundo pensé en besarla. El personaje sombrío y misterioso cesó sus pasos, se quedó inmóvil, con las manos en los bolsillos.
<< Esto no me parece divertido >> le dije suavemente; y me entregó una pistola junto con un guiño y una escueto “ten cuidado”.
<<No me jodas>> dije claramente. <<O nosotros o él>> contestó ella mientras esbozaba una sonrisa delicada pero siniestra.
Ahora estábamos más cerca que nunca, su nariz rozaba la mía, quietos, paralizados, y aquel hombre acechaba a escasos metros de nuestros corazones palpitantes, de nuestras cabezas mojadas por las pequeñas gotas de lluvia, y entonces la besé.
<<¡¡¡BANG!!!>>. Sonó un disparo, se me cayó la pistola al suelo y sobresaltado abrí los ojos en mitad del beso. Aquel hombre se voló la tapa de los sesos y en homenaje al Western americano, aún volaba su sombrero. Ella entonces me dijo: << adiós, no quiero volverte a ver >>.
(La imagen no es de mi autoría)
Joder la cabrona!!!! Oye, has pensado en escribir alguna novelilla negra? Se te da genial!
ResponderEliminarBesazos, Luigi.
Pues sí. De hecho la empecé hace un tiempo pero abandoné el proyecto. Pero vamos, que como reciba un par de mensajes como el tuyo, lo retomo!
EliminarBesosss, Analogy
O a mí me lo ha parecido, o esta mujer utiliza al amante telefónico como escusa para acabar con su marido. El argumento da para una "peli" de cine negro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parece ser que le gusta dar celos... entre otras cosas.
EliminarGracias. Otro abrazo
Pues a mí me ha parecido genial con ese punto oscuro (negro diría yo) y esa ambientación de pura noche Halloween.
ResponderEliminarSí, cierto, muy cabrona la mujer del beso envenenado.
Un abrazo de Mos desde fuera de la orilla.
Me alegra verte comentar, Mos. Ambiente oscuro para la noche de las brujas y un beso venenoso, pólvora y mecha.
EliminarMuchas gracias
Madre mía..me esperaba cualquier cosa menos ese final...guau... Cuánto me alegra que hayas rebuscado viejos cuadernos!
ResponderEliminarGusta guárdarlos y a veces es inevitable adentrarse en ellos, por nostalgia, por curiosidad, por dedicación...
EliminarGracias, Luna
Esto es bueno Luis. ¿Has creido que los buenos textos se escriben solamente a lo directo? en los blogs ocasionalmente sucede, pero si te fijas bien, las mejores cosas son las que hemos hecho en más de un momento, las dejamos, las volvemos a encontras y aún tienen sentido, persistencia. Por eso este relato tiene fuerza.
ResponderEliminarAdelante.
Gracias, Beatriz. Adelante iremos y esperamos llegar siempre.
EliminarToda la razón: el tiempo, el trabajo, los cambios; hacen de un relato un vino que varía con los años.
Un fuerte abrazo
Pues no recuerdo yo esta entrada, sureño. Me gusta. Todos tienen razón, corresponde al más puro estilo negro, de hecho este relato se podría convertir en peli y protagonizarlo hasta la mismísima Barbara Stanwyck (si estuviese viva, pobre); no sé si alguno ha visto una peli suya titulada Perdición, guionizada por Raymon Chandler, pues trata de esto misma: mujer hermosa que engatusa a un pardillo para que se cargue a su señor esposo y luego, cuando el esposo está muerto, manda al carajo al pardillo jaja. En fin, que me enrollo, sureño, que muy chulo. Tal vez te falta pulirlo un poco, pero a mi que soy una amante del cine negro, me ha encantado. Un besazo.
ResponderEliminarGracias! Pudiera contener más información, de hecho la tiene, pero oculta en la negrura de la madrugada.
ResponderEliminarÁngela, apunto esa Perdición, no la recuerdo.
Un beso grande
Pobre marido y pobre amante, los dos victimas de una misma mujer que solo se preocupaba por ella misma. Un gran relato compañero, aunque me gustaria ver una segunda parte de amante despechado. Un abrazo Luis.
ResponderEliminarQuién sabe... El protagonista, desde luego, se ha quedado con las ganas de continuar.
EliminarGracias, Rendan. Un abrazo a ti también.
Buen ritmo en este texto que recuperas para disfrute nuestro.
ResponderEliminarEres grande, chico del sur, porque eres auténtico.
Besos.
Tú sí que eres grande!!!
EliminarGracias por estar ahí, aquí. Muchos besos, Ángela.
Intrigante hasta el final!! Una historia que engacha, eres bueno en esto amigo Luis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Aurora. Al final me planteo retomar mi novela negra con leche... Todo se andará, quizá en unos cuantos años...
EliminarOtro abrazo
Guauuuuuu Luís, chico me has dejado perpleja! jejeje
ResponderEliminarEste cortito me ha parecido muy bueno.
La mujer era un bicho.
Bicos.
Gracias, Ohma. Todo un problema lo de mujer, y más lo de su marido... y también del narrador. Problemas sin solución.
EliminarBicos, compañera. ;-)
Hacia tiempo que no leía un relato tan bueno.
ResponderEliminarTienes dotes extraordinarias para conseguir una atmósfera seductora, envolvente, siniestra, cautivadora... Talento del puro para escribir. No lo dejes nunca.
Un abrazo,
Gracias por tu apoyo y tu energía positiva. Espero no dejarlo nunca, Voralera.
EliminarBesos
saboreo tu estilo puro claro que me dejado pensando despues de leerte
ResponderEliminarUn abarzo con sabor a mar
Por pensar aquí, por leer y comentar, muchas gracias y un fuerte abrazo
ResponderEliminarHola,amigo; primero, tu texto; me encantó, casi parece un sueño; una escena de "cine de autor" (mira que me hace gracia ese termino, como si existiese cine de no autor) Un gusto leerte de nuevo-ya conoces mis inexcusables ausencias, que espero sean menos rotundas con el tiempo.
ResponderEliminarSegundo, gracias por venir a mi blog, acordarte de mi y esas cosas.
Tercero, un sincero y afectuoso abrazo,amigo :)
Cuarto: Quiero seguir leyéndote porque hay realidad en tus letras, que aportan reflexión y crítica a los juicios ligeros del ciudadano, que hablan libres.
EliminarUn abrazo, Castelo
wow me sorprendió leerte en narrativa, tenía el recuerdo de Poesía
ResponderEliminarfelicitaciones, narrativa en secuencia si se quiere filmica
ya ves el tiempo ha sido largo para ambos,pero acá estoy dejándote mi huella
abrazos
Es un privilegio recibir que me lean y una alegría extra comprobar que también quedan huellas.
EliminarGracias, Lichazul