Advertencias:
El relato que a continuación se expone incluye contenido sólo para adultos; de ser usted menor de edad, no siga leyendo.
No siga leyendo tampoco si no tiene ganas de leer.
Si directamente no sabe leer, absténgase.
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HORAS
ANTES DEL DILUVIO UNIVERSAL
Estaba
Joé, recién terminado el arca, mirando al cielo, buscando respuestas a tan
ardua tarea impuesta por el creador cuando sin esperarlo se presentaron un
centenar de vecinos del pueblo más cercano. Uno de ellos, dando un paso
adelante, dijo:
-Hay
buenos pronósticos para el tiempo de hoy; ¿nos darás un paseo en esa
embarcación tan bonita, Joé?... ¿Joé?... ¡Quieres dejar de mirar al cielo y
atendernos, Joé!
Fue
entonces que alguien lanzó una piedra y dio en la frente de Joé.
-¡Ay!-
exclamó él.
Aturdido,
atendió presto a las palabras de aquellas gentes, y el mismo de antes dijo:
-Joé:
¿por qué nos miras mal?, ¿acaso no somos de tu misma raza, condición o
calaña?... ¿No pensarás que la piedra te la hemos tirado nosotros, eh?... Ha
caído del cielo… de donde menos se lo espera uno es de donde vienen las cosas,
Joé, y mira que estabas mirando “pa” arriba… pues nada, debe ser un mensaje de
Yahveh para advertirte… para advertirte de…
Buscaba
en su cabeza quien hablaba alguna razón para seguir la excusa y estuvo casi un
minuto tartamudeando hasta que al fin:
-… para
advertirte de que el ala oeste del arca está defectuoso… eso es, fíjate,
fíjate. Si es que no puede ser, explotas a tus ayudantes como si fueran golem
de piedra y luego pasa lo que pasa. Por cierto, quería decirte algo importante.
No es por “ná”, es para que te andes con ojo que luego “tó” se escribe. He
escuchado por ahí que vas con animalitos, que estás con ellos más que con tu
mujer, y lo que es peor: ¡que te acuestas con ellos! A ver, Joé, no puedo ser
más claro y todos son testigo de que te estoy aconsejando: deja la
zoofilia por el bien de la humanidad.
Joé
resintió con la cabeza y justo cuando fue a hablar un gallo cacareó con garbo dejándolo
con la palabra en la boca. - ¡kikirikiiiiii!
-¿Tienes
gallinas en tu barco?- le preguntaron.
Y fue
que alertados por el canto del gallo empezaron a gruñir los monos. Algunos de
los presentes comenzaron a vomitar turbados por lo que aquello parecía
significar.
-¡Eres
un degenerado! Que tengas gallinas pasa, que a todos nos gustan los huevos… y
fritos con su ajito ni te cuento, pero: ¿qué huevos se obtienen de un mono? No
quiero ni pensarlo, Joé. Vamos a inventar la silla eléctrica si es necesario
para castigarte. Pero escucha, no digas nada: perdonamos tu locura si cedes tu
barco como bien público.
La
mujer de Joé, Noemí, que escuchaba a
hurtadillas no muy lejos, no aguantó más y salió muy dispuesta diciendo:
-¿Quién
eres tú? ¿Eres el rey de toda esta gente?
A lo
que respondió el hombre:
-No soy
ese, mujer, soy el listo del pueblo… pero me gusta eso de rey, ahora que lo
dices… La primera ley que impondré
cuando el barco sea del pueblo será prohibir entrar con animales, incluidos los
monos. Y más te digo: ¡se harán espetadas como en España! ¡Y corridas de toros,
ala!... digo, ¡ole! Habrá restaurantes en el barco, y nada de comida
vegetariana, ¡prohibida! Jódete, Joé.
-Y dime
algo- interrumpió Noemí-: entonces, ¿podré broncearme tranquilamente sin que me
despierten los graznidos de algún pajarraco?
-¡Por
supuesto! Podrás hacer eso y más, ten en cuenta que voy a convertir ese arca
mal oliente de tu marido en un auténtico paraíso que circundará el planeta. Lo
llamaremos crucero. Escucha, Joé: irán en él mocasines de cocodrilo, abrigos de
visón, bufandas de piel de zorro, pantalones de leopardo, pasos de cebra… En
los pasillos colgaré cabezas de ciervos con grandes cuernos, pondré alfombras
de piel de oso en los camerinos… ¡Soy el
rey! ¡Mataré elefantes!... Y tú, mujer, vendrás con nosotros. En cambio tú,
Joé, te quedarás en tierra con tus animalitos… bueno, con los que queden; con
las ratas puede ser. Y los hijos que tenga con tu mujer verán como los hijos de
sus hijos pasean en tu barquito colonizando por doquier el ancho mundo… y si
vives tanto como tu abuelo Matusalén
tendrás tiempo para arrepentirte de haber sido tan terco como una mula
de esas que seguro escondes también… ni pensarlo quiero, Joé, y bla, bla, bla…
No
paraba de hablar aquel hombre cuando ocurrió un milagro; cayó la primera gota
de lluvia justo en la frente de Joé. Éste, irritado por no haber podido decir
ni mu – ejem-, y porque aún le dolía la “pedrá”, mandó a todos a tomar por
culo, así dicho, ni menos ni más.
-¡¡¡¡¡¡A
TOMAR POR CULO TODO EL MUNDO!!!!!! Me voy solo, me voy lejos de aquí, que os
den a todos, buscaros la vida. ¡Qué llueva, qué llueva, la Virgen de la Cueva! Yo me subo en aquella pequeña barca de allí y no
quiero saber nada ni de animales, ni de pueblo, ni de Noemí, ni de hijos, ni de
“ná”.
Así fue
que Joé emprendió él solito una eterna aventura y dejó a la humanidad
desamparada en aquellas tierras. Lo último que escuchó mientras se desdibujaba
su silueta en el horizonte fue lo siguiente:
-¡Joeeeeeee!
¡Que esa es la barca que el niño pinchó la semana pasada!
Pero
Joé, huraño y a ceño fruncido, prosiguió como si no fuera con él en busca de un
futuro incierto mientras caía la más grande del cielo.
Cuentan que Joé navega todavía y verán los hombres su barca cuando el fin del mundo llegue.
Otra versión afirma que Joé se hundió dos horas después y se ahogó.
Hay quien sugiere incluso que para salvarse pudo haberse hecho amigo íntimo de un tiburón.
Pasara lo que pasara, hubiese sido lo que hubiese sido, la barca de Joé existió, y prueba de ello es la locura que este mundo ha heredado.
Cuentan que Joé navega todavía y verán los hombres su barca cuando el fin del mundo llegue.
Otra versión afirma que Joé se hundió dos horas después y se ahogó.
Hay quien sugiere incluso que para salvarse pudo haberse hecho amigo íntimo de un tiburón.
Pasara lo que pasara, hubiese sido lo que hubiese sido, la barca de Joé existió, y prueba de ello es la locura que este mundo ha heredado.
(La imagen no es de mi autoría... Cuando capte una con mi cámara, la sustituyo)
Unos meses más tarde: (¡Ya! Tuve un problemilla con la toma y he tenido que recortar la foto. Que me disculpe Joé, ¡joé!)
Por lo tanto, la imagen es de mi autoría.
Unos meses más tarde: (¡Ya! Tuve un problemilla con la toma y he tenido que recortar la foto. Que me disculpe Joé, ¡joé!)
Por lo tanto, la imagen es de mi autoría.
Un relato muy actualizado de la realidad destructiva de esta sociedad.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Ji ji ji... La culpa es de la realidad por existir!
EliminarGracias, Fus
asi es la pura realidad con tu forma de verlo muy bien captado
ResponderEliminarla imagen tambien preciosa
besitos Luis
Gracias de parte del dueño de la imagen. ;-)
EliminarY ahora sí, gracias por sobrevivir al diluvio.
Besos a ti
Tienes un sentido irónico de la realidad; pero a decir verdad, este mundo está tan loco que la imaginación adquiere alas para intentar comprenderla.
ResponderEliminarUn abrazo Luis.
Sólo es humor sentido, y viceversa también.
EliminarGracias, Taty, imagina otro abrazo pero mío
jajaja joé que tienes gracia escribiendo!
ResponderEliminarNo he dejado de sonreir en todo el relato, ¡ay que joedido eres! :)
Muy bueno el relato!
Besos.
Menuda joedienda la que sufre Joé...
EliminarMuchas gracias, Ohma. besos
Ironía y buen hacer..qué más se puede pedir? Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarOtro abrazo, Luna!! Gracias por venir
EliminarPlas, plas, plas...Joé que bueno tu relato...jajajaja
ResponderEliminarYa te dije que siguieras,y te lo repito...;)
Muchos besos, Luis
Por cierto, creo que vi a Joé hace un rato, pues llovía y se escuchaban ladridos, y unos cuantos improperios....Más besos.
ResponderEliminarJajajajajaja... Pues entonces debe tener más años que Matusalen... quizá construya ahora una nave espacial, el próximo testamento dirá.
EliminarGracias, Duna
jajaja, qué parodia Luis, me ha hecho sonreír más de una vez, por supuesto que también me pone a pensar en las tantas versiones que puede darse a la historia de Noé que cuenta la biblia.
ResponderEliminarSaludos y que tengas un buen fin de semana.
Muchas y todas casi verdaderas.
EliminarHay mucho qué pensar cuando se tratan temas que señalan...
gracias, Beatriz
jajajaj muy bueno Luis.
ResponderEliminaruna manera muy divertida de leer la biblia
saludos
carlos
Gracias, Carlos. En la Biblia hay poco o ningún sentido del humor: pues no lo entiendo con casos como este de Joé!!!! jajajajjaj
EliminarUn abrazo
Jejeje...Vaya!! Así que todos los centros comerciales que hoy infestan cualquier ciudad no son más que la macabra visión de un "rey" bastante capullo que acabó con la paciencia de pobre Joé?? Pues lo han calcado :)
ResponderEliminarQué divertido y que genial manera de mostrarnos una realidad bastante feucha!!
Un abrazo
Claro, todo tiene un comienzo: aquél rey, aquél listo vamos, se quiso forrar y engrandecer su ego, vivir la vida madre a toda costa sin pensar en lo que puede estar bien o mal (sobre todo para la propia vida). Y así funcionan algunos lucrativos lugares de hoy en día. Joer, si Joé hubiera llevado a cabo su mandato en vez de irse solo en su barca... todos son iguales... jajajaj
EliminarGracias, Nurocas. Otro abrazo y salud
La locura que este mundo a heredado, la locura de los que nos quedamos en tierra, Un abrazo Luis, como siempre un placer leerte.
ResponderEliminarLa locura del pensamiento humano, y no la sana locura quijotesca, hablamos del incordio egoista de algún propósito descabellado o de una actitud maligna.
Eliminargracias, Rendan
Bueno, otra interpretación, muy moderna y jocosa de aquella barca llena de animales. Interesante lo que esta , la que narras podría significar y lo que lleva implícito. De todas maneras creo que Joe sigue perdido sin tiempos, en aguas profundas como estamos muchos, tratando de alcanzar una orilla.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
A ver si le llega el mensaje a Joé y se anima porque creo que se fue pensando. que no hay salvación.
ResponderEliminarMe agrada tu filosófico comentario, Susana. El gusto es mío
Esta versión le quita dramatismo a la historia, Jajajaja. Me la apunto Luis, yo también hubiera salido por remos, pobre Joé!!
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Le quita dramatismo pero añade... déjame pensar... añade... una jodienda más al pobre Noé (Joé, en realidad)
Eliminar:-)
Abrazo!!
jaja, como te pillen los del Antiguo Testamento te van a dar pal pelo!
ResponderEliminarQuiénes? Te refieres a esos que transmitieron a su antojo la historia? Cómo ésta de Joé? Qué vengan qué vengan, los espero junto a mi barca.
ResponderEliminarsonriendo me dejas muy bueno
ResponderEliminartu texto
Gracias, Recomenzar.
EliminarSalud de mi parte
Agradecida por tu lectura y comentario Luis. Te dejo un fuerte abrazo desde mi lejana tierra.
ResponderEliminarOtro abrazo, Taty
Eliminarun texto que no dice mucho
ResponderEliminarjajaja!!!
Joé: No dice mucho dices? Hombre, la Biblia entera dice más.
EliminarEl listo del pueblo: No hagas caso a Joé, Poeta, que está como una cabra (por qué será).
Luis García: Gracias por circular por la Carretera Secundaria! Salud
He seguido rigurosamente la tercera de tus advertencias. Así que me ha parecido genial.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Hay que atender las advertencias siempre, y más cuando son de desconocidos como las del escritor de este absurdo relato pero verdadero.
EliminarAbrazos
Te dejé un premio en mi blog! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias!! Voy a ver de qué se trata...
Eliminar