Estos fotogramas son escritos en el año 2010 en profundo estado de bienestar y tranquilidad. Rescatados de un cuaderno, y habiendo sido publicados ya con anterioridad en internet, vuelvo a sacarlos de paseo.
No
entres en mi corazón, tallado de angustia, forrado de viejas telas. Si entras
no rebusques demasiado porque poco encontrarás, vendí parte y ahora necesito
llenarlo sin cambiar el mobiliario. Aunque no le vendría mal un pequeño cambio,
quizá en su cuarto de estar, o en la cocina donde arde a fuego lento. En mi
boca está el balcón, con vistas a esta vida que miro.
Un día cualquiera de hace aproximadamente
un año:
Era casi la hora de levantarse cuando desperté,
y para aprovechar el ratito que quedaba mi pensamiento empezó a proyectar
imágenes sin cesar, una tras otra, entremezclándolas y percibiendo con total
entrega cada una de las sensaciones que puedan causar en vida tales visiones. Me vi apenas durante cinco minutos en millones
de sitios, con diferentes estados de percepción, y esos cinco minutitos fueron
placenteros y largos, saciándome de buen humor.
Acaricié al más bello animal, su pelo era
suave y hablaba con ternura. Yo lo entendía, yo era como él y brotaron lágrimas
de sus ojos. Lo acogí y enmendé la tristeza que por sus patas cansadas de
vejez habitaba en su solitario andar, en el frío de la noche y de la soledad.
Sus orejas se levantaron, su rabo empezó a bailar y yo entonces fui quien
lloraba, lo había salvado, mi alegría era grande e intensa, como el fuego del
sol. Pero sólo alucinaba.
A mis espaldas también estaba yo, besando
a la más guapa de las camareras en aquel frecuentado bar de tapas. Esta vez no
me dejó duda alguna, esta vez me dijo claramente sí, y volví a coger su mano,
pero ahora también me ofreció su flor, la riqueza tras sus labios, su dulce
pecho y sus ágiles piernas. Yo, aunque dormido estaba, asumí el compromiso y
salté sobre su cuerpo moreno, comiéndome su piel, entregándome hasta caer
rendido, con todas mis fuerzas, cubriéndome de sudor, con los ojos fijos y una
sonrisa pequeña surgida de la entrega; placer y entusiasmo.
Me vi eterno y apenas eran segundos que
hice largos. Me senté a la mesa, comí el más suculento manjar saciando el
apetito, bebí del agua más pura, respiré del campo, me quedé repleto y a gusto
después del postre y un baño relajante. Platiqué con mi mejor amigo, mis
palabras esta vez parecían salir de mi cuaderno, su amistad era la misma de siempre,
y yo, entre dormido y despierto, toqué su espalda, lo abracé después y le
regalé un objeto que no sé bien que es. Él me obsequió con su tiempo, así al
menos lo interpreto yo.
Aún no había sonado el despertador y
hacía tan sólo cinco minutos que empecé a gozar con estos sueños tan reales.
Consciente de mi fortuna di media vuelta en la cama, apreté mi almohada y
respiré hondo; estiracé mis piernas mientras entraba en casa ajena siendo bienvenido; volvía de alguna galaxia lejana con más vida que antes; terminaba de reír justo
cuando empezaba a sonreír… te vi también, sentí tu querer, nadé en el manantial
al abrumo del canto vital, naturaleza resplandeciente de tonos verdes, azules,
rojos, amarillos, marrones, naranjas…
Llegó la hora de calzarse las botas, y
sentado en la cama, tras el típico tocamiento en la entrepierna, me levanto y
voy al baño entre bostezos, me echo agua fresquita en la cara, miro al espejo,
me peino a mano, me quito el pendiente, el colgante egipcio, el anillo de plata
u hojalata, ¡qué más da! Cojo el reloj que nunca gasta su pila, el bocadillo que
preparé a la ligera la noche anterior, la medicina y las llaves del coche, y
las fuerzas que acostumbro a exprimir… y las ganas de vivir.
Me
espera un buen día, espero también que uno a uno, los minutos nos den a cada
uno, un buen y estable mundo, aunque sólo sean segundos. Rotundo será el gesto de quien aprecia cuando le entreguemos
nuestro tiempo.
(La imagen no es de mi autoría, es de Dalí)
Este texto me resulta conocido, si es el mismo al que me refiero celebro que hayas borrado algo que falta jajajajaja...
ResponderEliminarMe gustan tus sueños.
Bueno, he cambiado lo que falta por la pintura de Dalí, jajaajajaja, y me he cobrado a mí mismo derechos de autor por cambiar algunas cosillas.
EliminarMe alegra saber que recuerdas alguna de mis letras, Maite, y más me alegra si cabe que te gusten mis sueños, surrealistas como es normal, que es por eso que usé la pintura Daliniana.
Besos desde la ciudad vecina.
A mí es que Dalí, después de Velázquez, es uno de mis pintores favoritos.
EliminarEs mi pintor favorito, sus pinturas son divertidas, llenas de mucho, sorprendentes, mágicas...
EliminarVisité hace unos años su casa en Cadaqués, y por supuesto el museo en Gerona.
Lo que da de sí esos cinco minutos... Es un relato surrealista pero a la vez lleno de verdades. Unos minutos bastan para tener experiencias extrañas. Muy buen sueño, Luis. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Aurora, cinco minutos de felicidad... más o menos. Un fuerte abrazo!!!
EliminarMientras sean tan serenos y placenteros como estos, no vienen mal estos fotogramas, estos sueños. Lo malo es cuando se vuelven pesadas pesadillas.
ResponderEliminarSaludos
mejor estos sueños que el de las ratas!!!
EliminarGracias, Trini, Bea. Mucho mejor estos sueños que el de las ratas, donde va a parar, no tiene color!!!
EliminarEstoy de paso Luis
ResponderEliminarHe leído el primero, me sobra la descripción que haces, supongo que sólo me sobra a mí, pero es lo que me parece.
Das mucha información, es decir "tallado de angustia"
La idea esta bien en su conjunto, pero, tallado y forrado?, no es mejor sólo uno?
Le falta un mejor desarrollo.
Desde mi punto de vista, quitaría "tallado de angustia"
sin esa frase, creo que el micro queda mejor.
Si la piscina me lo permite, vuelvo.
Un abrazo.
Que envidia!!! Yo aún no he probao la piscina, tardaré poco.
EliminarBueno... ante todo, gracias por sacar conclusiones que pueden ayudar, y mucho, Cielo.
Supongo que no te gusta ese "tallado" por venir después "forrado", aunque no me queda claro si es por eso o por que le sigue una horrible palabra, "angustia".
Otro abrazo, Cielo piscinero.
A mí me parece súper difícil plasmar con letras reales algo tan surrealista como has hecho tú. Creo que está muy bien relatado ese trance que hay entre el sueño y la realidad y lo magníficamente que plasmas el espíritu positivo al levantarte. Cierto. Hay días que sueñas cosas bonitas y la vida parece un increíble arco íris.
ResponderEliminarLos sueños... siempre fuera de la realidad, aunque pueda haber coincidencias, o algo así, como buscó en su día Freud interpretando ese subconsciente, el cual me recuerda ahora mismito a tu blog, Ana.
ResponderEliminarBesos, mil besos.
Me han encantado esos fotogramas de la mente, lo has descrito muy bien con tus letras, escribes genial, Luis, te felicito por tu manera de transmitir.
ResponderEliminarMi aplauso y admiración.
Un beso.
Gracias, María, me dejas sin palabras. Me inclino ante tu comentario. Si hay algo que más pueda gustar a quien escribe, es precisamente poder transmitir, aunque sólo sea un poquito.
EliminarOtro beso
Me gusta el ambiente onírico que empapa las frases. Un saludo. :)
ResponderEliminarGracias por pasar por esta carretera, Juan. Es un honor para mí.
ResponderEliminarSALUDos